Un buen nombre
Bueno, ya habiendo elegido el nombre Marina para la nena en camino queda por resolver el tema del segundo nombre... Como decía una vieja publicidad de un banco "un buen nombre es lo más valioso que uno puede tener" y a la hora de pensar el nombre de los hijos ese slogan publicitario se presenta como una verdad irrefutable.
Para Diego y para mí no fue tan difícil acordar un nombre en el caso de que fuese un varón, enseguida nos pusimos de acuerdo... Con el nombre de la nena dudamos un poco más, pero como estábamos tan seguros de que sería varón (por la forma de la panza y porque todos los vejestorios de la familia lo aseveraban insistentemente), nos quedamos tranquilos. ¡Qué bella fue la noticia cuando el Dr. Ecógrafo dijo: "Sexo femenino"! Además que mi orgullo de madre hizo un alza hacia el infinito por tan grata novedad, acorde a mis deseos y sensaciones, lo que más me gustó fue llevarle la contra a tantas personas que con toda seguridad vaticinaban lo impredecible que es saber si una mujer embarazada espera una niña o un niño.
El tema del nombre se complicó al enterarnos que "venía la nena", sí porque no fue nada fácil ponernos de acuerdo. Como Diego tiene un apellido griego, sospeché que sería buena idea ponerle el nombre con el que sueño desde hace como 15 años: Athina... Ni hablar, me sacó carpiendo al igual que con Delfina, Martina, Sabrina y Paloma. Hice otros intentos, pero viendo cómo venía la mano, se me estaba complicando el terreno. Finalmente nos pusimos de acuerdo con el armonioso y hermoso nombre Marina, el cual nos dejó la inquietud de cuál sería el segundo nombre ya que por llamarse "Marina" queda totalmente descartado el nombre "Azul" como segundo nombre ya que la combinación parece una varidad de desodorante de ambientes.
Lamentablemente mi queridísimo Diego no quiere negociar respecto de ponerle solamente Marina y el apellido, así que se abrió una contienda por el segundo nombre. De más está decir que todas las opciones que brindé fueron descartadas y acribilladas despiadadamente por el progenitor masculino de la criatura.
Luego consultamos a varias amistades para que nos den ideas... ¡Fracaso total! Cuando tengan hijos no le pregunten a sus amigos, ya que si usas los nombres que te proponen te volvés una usurpadora del nombre que ellos le querían poner a sus hijos y por otra parte, confirmás que muchas de tus amistades tienen un concepto distorsionado de lo que vos considerás un buen nombre. Por otra parte estan los amigos que te sugieren nombres preciosos en función de la frustración de no haber podido ponérselos a sus propios hijos o bien porque les salieron de un sexo diferente o bien porque la otra parte generadora de la criatura los censuró. También están los amigos que te sugieren nombres hermosos que no se te habían ocurrido y que notás que realmente pasaron tiempo pensando en la sugerencia que les pediste y hasta se tomaron la molesia de confirmar si combinaba con el apellido, pero al planteárselos a tu pareja son masacrados aún más violentamente que los que vos le habías planteado. Finalmente están las amistades que te sugieren nombres que sacaron de telenovelas o que una le pondría a su mascota, lo cual plantea la duda respecto a la autenticidad de dicha amistad o la cordura del amigo en cuestión.
El 1ro de Noviembre fue un día muy agitado para Marinita, porque en la noche se me presentó el nombre "Patricia" como segundo nombre. El padre todavía lo está pensando y lamento que no estemos casados para ir al registro civil yo sola y ponerle "Marina Patricia". Diganme la verdad: "Marina Patricia" ¿es hermoso, si? En fin esperemos que el papito de la niña se decida de una vez por todas ya que si así estamos con el nombre ¿se imaginan cuando tengamos que elegir el colegio al que vamos a mandarla o dónde poner la cuna?
Haciendo sociales (salió a mamá)
Ese mismo 1ro de Noviembre mi querida hijita en gestación se hizo una amiguita, no puedo confirmar que sea la primera que se hace, pero al menos fue la primera de la que tuve noticia. Pasó así:
Resulta que Rosa (amiga de la pareja) necesitaba que alguien le cuide a su hijita, Rocío, de apenas 8 meses de edad mientras ella iba a trabajar, sólo eran unas horitas el sábado por la mañana. La verdad que la nena de Rosa es un encanto y súper tranquila (gracias a Dios), lo cual nos facilitó la tarea de cuidarla y nos hizo vivir una experiencia pre-parental más que muy interesante.
Lo curioso de esa mañana sucedió cuando la llevamos a Rocío arriba de la cama matrimonial para que juegue (porque en el piso me daba cosa y en la alfombrita que le pusimos se resbalaba), la llenamos de juguetes que la mami había traído más cuanta chuchería encontramos que la entretuviese (tranquila, pero curiosa la nena, había que entretenerla). Le pedí a Diego que se quede con ella mientras yo iba a barrer todas las migas que había dejado Rocío mientras desayunaba... Digamos que eso es lo malo de darles la libertad de comer solos, que no tienen conciencia del enchastre que hacen; sin embargo la autonomía está en el top 5 de issues a cumplir por todo progenitor que se precie de bueno, a los chicos hay que dejarlos que hagan todo solos, aunque lo hagan mal, aunque hagan lío, no importa... Así aprenden y construyen una autoestima sana... ¡Todo sea por no criar un sádico más en el mundo! Los libros no te dicen que los bebitos construyen su autoestima en detrimento de tu tiempo libre y de tus pocas ganas de pasártelas fregando el día entero, pero esto es tema para más adelante, cuando mi propia hijita me ensucie todo (seguro que hasta me voy a poner orgullosa del blonqui que hizo la nena).
Cuestión que luego de pegarle una barrida al piso del living me apropingüe hacia donde estaban Diego y Rocío... Casi me desmayo cuando al llegar al borde de la cama, Rocío se abalanzó hacia mí y apoyó sus pequeñas manitos sobre la panza, riendo, hablando (balbucendo en realidad) y mirandola fijamente ... No sólo fue un momento totalmente cursi y tierno sino que además sentí cómo Marina se movía dentro mío... ¿Se hicieron amigas? Vaya una a saber...
Recuerdo que cuando le contamos a Morena (niña de 3 añitos, hija de mi amiga Pamela) que yo estaba embarazada, corrió a darme un beso en la panza. ¡Una dulce!
También recuerdo que por Septiembre, Julieta, la hija de mi amiga Gabriela se abrazó a la panza durante un montón de tiempo, no se si habrá sido por amor a la panza o porque ella misma es un amor (bueno la mami no se queda atrás).
Unos días después, también Lucas el hijito de mi amiga Carolina, señaló la panza diciendo "nene" (el tiene un año y medio, no le podemos pedir que distinga géneros)... Lo grave fue que después haciendo el mismo gesto dijo: -"Papá". Si bien debería ser cierto que los niños dicen siempre la verdad, juro solemnemente que el papá de Lucas no tuvo nada que ver con Marina y su gestación... Y si Lucas no fuera igual a su papá yo ya lo estaría haciendo pasar a Diego por un detector de mentiras, jajaja.
Así que no puedo confirmarlo hasta que Marina sea un poco más grande si ya empezó a hacer amistades, pero de ser así... "La nena salió a mamá".
Haciendo la grulla para papá
Parece que Marina empezó a patear y el tema se viene con todo. ¿Se imaginan si siente afinidad por el Taek won Do como la mamá? La noche del 11 de Noviembre cuando nos fuimos a dormir, Diego puso una mano sobre mi vientre para darle las buenas noches a Marina, la dejó un ratito (vaya a saber una por qué). Y a los 4 meses de enterarnos que Marina estaba en camino, le dió su primer patadita a papá. Fue muy emocionante porque hasta el momento había sido la patada más fuerte que dió. Lo más impresionante es que se la clavó en el medio de la palma de la mano.
No es que sea mi hija, pero: "Bien mi amor, justo en el centro, así se hace. ¡Esa es la nena de mamá!"
miércoles, 12 de noviembre de 2008
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